Arde el pebetero del Estadio Olímpico Universitario, 50 años después

Enriqueta Basilio encendió la llama como lo hizo hace medio siglo para dar por inaugurados los Juegos Olímpicos de México 1968.

Omar Hernández
Fotos: Jacob Villavicencio y Rafael Vadillo

 

El viernes pasado se celebró en el Estadio Olímpico Universitario un evento conmemorativo por los 50 años de los Juegos Olímpicos de México 1968, en el cual Enriqueta Basilio fue la encargada de encender el pebetero, en una recreación de lo ocurrido en la ceremonia inaugural hace medio siglo.

El especial día para el Estadio Olímpico Universitario comenzó desde muy temprano por la mañana con diferentes competencias de atletismo que, junto con un partido de futbol, enmarcó el cincuentenario de los Juegos Olímpicos en nuestro país.

Pero el momento cumbre del día fue la llegada de la antorcha olímpica, que comenzó su recorrido en el Comité Olímpico Mexicano, para ser recibida por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, de manos de Leonardo Miguel Saldívar, atleta de deporte adaptado.

Más adelante, el rector de la UNAM, Enrique Graue, acompañado por Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano; Alejandro Fernández, director general del Deporte Universitario; Jimena Saldaña, directora adjunta del Comité Organizador del 50 aniversario de México 68; y Guadalupe Vargas, secretaria de Servicios Educativos del Instituto Politécnico Nacional, cedió la flama a Yareli Acevedo.

La atleta de ciclismo de la UNAM comenzó una serie de cuatro relevos de medallistas mexicanos en eventos internacionales, misma que se completó con Fabiola Nuñez, Eduardo Ventura y Kenia Lechuga, hasta que la antorcha llegó a manos de Horacio de la Vega, director general del Instituto del Deporte de la CDMX, quien a su vez pasó la flama a Enriqueta Basilio.

La primera mujer que encendió un pebetero olímpico volvió a saludar a los cuatro puntos cardinales antes de volver a hacer arder el representativo fuego olímpico en el inmueble de Ciudad Universitaria ante los aros olímpicos que formaron en la cancha más de 600 atletas, entrenadores y jueces que participaron aquel entonces en la XIX edición de los Juegos Olímpicos.

Tras el acto, el estadounidense Bob Beamon, habló de su participación en el Estadio Olímpico Universitario, durante la justa olímpica de 1968, y de cómo logró el récord olímpico de 8.95 metros que sigue vigente en el salto de longitud.

“Me siento muy bien, como James Brown, es fantástico. No puedo describirlo porque es muy especial, fue algo espectacular, lo sigo sintiendo, lo amo. Siento algo maravilloso, el récord lo logré con el espíritu”, manifestó el exatleta.

Entonces, continuaron las pruebas de atletismo en la pista de tartán, en donde deportistas de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional compitieron en salto de altura, salto de longitud, salto con garrocha, 1,500, 100, 200 y 400 metros planos, así como relevos 4x100.

En el partido de futbol, también disputado por equipos representativos de la UNAM y del IPN, el equipo auriazul se impuso por 6-1, con goles de Diego Ortega (2), Mauricio Rodríguez, Héctor Santibáñez, Abraham Molina y Jesús Guillén, para los locales.


México DF, 19/10/2018

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