Paola Fuentes recibe este miércoles el Premio Puma 2009 en la categoría Estudiante Deportista " />

El límite es el cielo…

Manuel Martínez Román
Fotos: Jacob V Zavaleta



El coraje de una mujer para enfrentar la adversidad, la habilidad de un felino para salir airoso de cualquier combate y la constancia del universitario que vive para alcanzar sus metas son las credenciales que la distinguen de los demás. A 21 primaveras de su salto a la vida, esta joven estudiante ha conseguido el premio al que todos los deportistas universitarios aspiran, el máximo galardón que combina la perseverancia en el estudio y la entrega en el deporte: Paola Saraí Fuentes Velázquez es premio Puma 2009.

A los 12 años, el atletismo fue testigo de su crecimiento deportivo, Paola realizó al mismo tiempo salto de altura y pruebas de velocidad; aunque no contaba con experiencia suficiente, en 2001 obtuvo un récord nacional en los 80 metros con vallas en la etapa regional para asistir a la Olimpiada Nacional de Querétaro.

Practicar paralelamente ambas pruebas de atletismo la hicieron inclinarse años más tarde por el salto de altura que, a la postre, la haría despegar por completo en el ámbito competitivo.

 

El azul del cielo como límite y el oro al cuello

Ganó su primera medalla dorada en la Olimpiada Nacional de Nayarit 2004. Sus constantes apariciones en esa justa comenzaron a dar sus primeros frutos: ese momento marcó el inicio de una carrera plagada de triunfos —tanto en el plano nacional como internacional—, pues ha cosechado preseas a nivel juvenil en Juegos Centroamericanos y Panamericanos.

En años posteriores, el oro se convirtió en el común denominador a la hora de competir alrededor del país pues su marca de 1.80 metros la convertían en la rival a vencer.

Con la llegada del 2009 surgió la posibilidad de participar en la Universiada Mundial de Belgrado. Durante ese año se dio cita en diferentes competencias, entre las que destacaron la Olimpiada Nacional, en Sonora y los Relevos Tec, en Monterrey.

En ambos torneos consiguió medalla de oro, pero no fue suficiente para lograr su objetivo, pues asistir a la justa intercontinental significaba subir cinco centímetros su marca.

El Nacional de Atletismo de Primera Fuerza, en Guanajuato, representaba su última oportunidad. Las malas condiciones del clima impidieron su triunfo, un segundo sitió frustró la odisea europea. La siguiente parada sería la Universiada Nacional de Morelos.

Una vez más se alzó con el oro, demostrando que la destreza predomina ante las adversidades. Ahora, obtuvo la justa retribución a una senda ejemplar: el Premio Puma 2009, el reconocimiento más importante que puede alcanzar un deportista de estirpe felina.


Con la mira puesta en Londres

Actualmente, Paola Fuentes cursa el tercer semestre de Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Al lado de su ‘segunda madre’, la experimentada entrenadora Irma Corral, se ha colocado en la élite del deporte mexicano y con grandes aspiraciones de hacer historia fuera de nuestras fronteras.

La mordacidad que muestra en las entrevistas y su inigualable carisma a la hora de afrontar los desafíos, la han hecho una mujer diferente al resto de los demás. No es aventurado apostar que estará en Londres 2012, como tampoco lo es imaginar que el terreno fincado a lo largo de estos años se cristalizará con una medalla.

Un felino está acostumbrado a saltar y superar las adversidades que le impone el destino, una palabra frágil, que no deja de ser sólo eso, se va disolviendo al fraguar el camino. Las cartas están echadas más no la certeza de lo venidero. El resultado final no es otro que la invención de su artífice; porque para ella cinco centímetros lo son todo y nada a la vez: el límite es el cielo.

México DF, 17/11/2009

   
 
 

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