Una gran fiesta puso fin al Curso de Verano de Pumitas

Más de 800 niños y jóvenes se despidieron de sus compañeros de juegos, deportes y estudios con los que convivieron durante las últimas tres semanas

Candelaria Chávez
Fotos: Jacob V. Zavaleta

 

El Curso de Verano de Pumitas de este 2010 llegó a su fin, sobradamente cumplido su objetivo de ofrecer juegos, deportes y estudios a más de 800 niños y jóvenes durante sus vacaciones. Y con ello el curso dio también un respiro a sus familias, para las que en muchos casos los periodos vacacionales de los menores se convierten en un verdadero problema.

La mayoría de los niños y jóvenes participantes en este ciclo, que duró tres semanas y que tuvo como sede principal el Estadio de Prácticas Roberto “Tapatío” Méndez, son hijos o familiares de miembros de la comunidad universitaria, y tuvieron acceso a un amplio programa de actividades que incluyó elementos de educación, valores, deporte, ecología, cultura y recreación.


Fiesta multicolor

Al llegar este viernes el final del curso, los pequeñines se dispusieron a disfrutar de una gran fiesta de manera conjunta con los monitores, padres de familia e incluso con el personal que coordinó el evento lúdico.

Todos, como una gran familia universitaria, compartieron los alimentos que cada niño aportó para “el día de compartir”. Hubo quienes se tendieron sobre el pasto a “reponer fuerzas”, y otros no dejaron de formarse una y otra vez ante las mesas llenas de comida. Así, se veían niños comiendo palomitas, rebanadas de piña y de sandía, hojaldres de jamón, panecillos rellenos de ensalada de atún –los más codiciados por chicos y grandes–, e incluso hubo quienes se emplearon a fondo en degustar unas deliciosas tostadas de tinga, pollo, pata y picadillo. Las papas fritas y cacahuates tuvieron menos adeptos.

Los más pequeños del curso disfrutaron también de los juegos inflables, las pelotas acuáticas y un brincolín, frente al que las filas de niños eran interminables, mientras que otros más realizaban burbujas de jabón con las pócimas que les enseñó a realizar el “químico brujo”.

Desde temprano y hasta el cierre, los pequeños se entretuvieron con brincos y caídas en los juegos inflables y el toro mecánico. Asimismo, escalaron una pared, se hicieron falsos tatuajes –lavables¬– y se dejaron leer la mano o las cartas por cuenta de supuestas “gitanas adivinas”.

Las pequeñas, por su parte, lucieron más hermosas al salir del salón de belleza para posteriormente asistir al baile en la carpa-discoteca que se instaló en un costado del “Tapatío” Méndez, karaoke incluido, en tanto que varios monitores dieron una exhibición de lucha libre ante un público compuesto tanto por niños como por padres de familia. Fue una gran fiesta donde todos departieron e intercambiaron sus experiencias vividas a lo largo de estas tres semanas.

Se contó con la participación de más de 90 monitores, chicos y chicas, estudiantes mayores de edad provenientes de escuelas y facultades de la UNAM, quienes supervisaron de cerca el desarrollo, aprendizaje, juegos y seguridad de cada uno de los menores a lo largo de todo el programa vacacional, haciéndolo así provechoso y divertido al mismo tiempo.

México DF, 13/08/2010

Más noticias